…también
llamada prueba de ADN, se hace mediante la determinación de STR (Short Tandem
Repeat) por sus siglas en inglés (denominados microsatélites en castellano),
que son secuencias de ADN utilizadas como marcadores moleculares dentro de un segmento
de ADN con una ubicación física identificable (llamados locus, o en plural, loci). Para distinguirlos, se utilizan
los números de los cromosomas cuya combinación da algo como su “número genético personal”, el genotipo.
Hoy en día, se
utilizan por lo menos los 13 loci STR del sistema
CODIS que el FBI desarrolló en 1997 cuando empezó a construir una base de
datos que todos los laboratorios del mundo, si utilizan esta técnica, pueden alimentar. Sin embargo, muchos laboratorios utilicen al menos 16 y hasta 46 loci, lo que da, por supuesto, mayor precisión en los resultados.
En el caso de
la niña Patricia, se utilizaron dos técnicas, la de 9 y de 13 loci STR. El 28 de octubre de 1999, el
Instituto de Ciencias Biomédicas, Programa de Genética Humana, de la Facultad de Medicina de
Santiago de Chile, hizo llegar el informe que había hecho a pedido del
laboratorio paceño Gen y Vida, analizando muestras
de la chompa y guardapolvo de la víctima, trozos del folder incautado a Odón
con manchas rojizas, sangre de los padres así como sangre y semen de Odón. Los resultados
se basaron sobre 9 loci STR, de lo
cual se pudo evidenciar el genotipo del padre y de la madre de la niña, el
genotipo de la pequeña víctima gracias al ADN encontrado en sus prendas de
vestir así como el de Odón, que no tiene ninguna concurrencia con las muestras.
Por el resto, lo único que pudieron constatar es que la chompa y el guardapolvo
de Patricia no contenían ADN masculino y no encontraron nada sobre las manchas
rojizas del folder de Odón, que, en aquel entonces, parecía ser una pista
importante.
Estos
resultados no fueron concluyentes, aunque importantes para dudar de la
implicación de Odón (pero, ¿quién
se molestó por esto, uno más en detención preventiva diciendo que es
inocente?), pero el FBI ya estaba trabajando desde hace un mes en el asunto, y,
el 18 de enero de 2000, llegó su informe con resultados mucho más avanzados,
también utilizando los 9 loci STR. Analizaron
la chompa y el guardapolvo y si, en un primer momento, una prueba química
parecía indicar la presencia de sangre, esta sospecha se invalidó con el
análisis de ADN. Esta prueba llegó al mismo resultado como el Instituto de
Ciencias Biomédicas, es decir que había solamente ADN de la niña.
El FBI,
contrariamente al Instituto, pudo encontrar ADN en el folder (las manchas
rojizas), sin embargo, este era de Odón no más. Y, analizó la falda de la niña,
una evidencia que el Instituto no había recibido. Determinó que las manchas en
la falda de la niña eran probablemente de sangre y que hubo una mezcla de ADN
de la niña y de ADN masculino y que este ADN masculino no era de Odón.
Estos resultados
fueron recibidos por el entonces juez de instrucción a cargo, el Dr. Jorge
Gutiérrez Roque, el 19 de enero de 2000, y puesto que el informe estaba escrito
en inglés, el juez pidió ayuda a la embajadora de Estados Unidos para hacer una traducción al español, un día
más tarde, el 20 de enero de 2000.
La Dra. Betty Yañíquez, quién, hoy en día hace creer
que fue ella quién solicitó los servicios de FBI (como lo se puede leer en La Razón del 21 de mayo : “Noté que faltaban varios actos procesales
para dar un auto final de la instrucción y lo
primero que hice fue contactarme con gente del FBI (Oficina Federal de
Investigación de Estados Unidos) y,
así, llegó un representante que tenía su sede en Chile.”), asumió el cargo
de juez de instrucción solamente el 2 de marzo de 2000 y, el 4 de abril, utilizó
este informe para ampliar el Auto Inicial de Instrucción contra Reynaldo Flores
Barrera por asesinato y violación sin expresar ningún tipo de dudas
sobre la validez del informe, como lo hace hoy en día.
Mientras tanto,
el FBI siguió con su investigación para encontrar la identidad del ADN
masculino misterioso, esta vez utilizando la técnica de los 13 loci STR junto al sistema CODIS, lo que
daba, en septiembre de 2000, con el nombre de José Luis Flores. Esto fue
posible por que la PTJ
había mandado, unas semanas después del crimen contra la niña Patricia,
evidencias de la violación de la niña Dora Janco, cometida el 28 de septiembre
de 1999, y que el FBI pudo determinar que en ambos casos, el ADN del
desconocido presunto autor era el mismo. Puesto que José Luis Flores, violador
en serie de niñas, había sido arrestado en noviembre de 1999 “in flagranti”, el
FBI pidió una muestra de su sangre y logró establecer que en ambos casos era su
ADN. También pudo probar que el vello púbico encontrado en la escena del crimen
contra la niña Patricia fue el suyo.
En ningún
lugar, el FBI advierte que no se pudo encontrar ADN – lo único que dice en su
informe final del 29 de agosto de 2000 es que “debido a la mala condición de
las muestras no se pudo determinar si la mancha era de semen. Se pudo obtener
el perfil de ADN de por lo menos tres individuos distintos. Uno de ellos era
consistente con la ADN
de la niña Patricia Flores. La prueba de la ADN de estas muestras excluyeron a Odón Mendoza Soto como contribuyente.”
¿Por qué,
entonces, habría que hacer nuevas pruebas de ADN? El ADN no cambia con los
años, existen informes de dos distintos organismos con las especificaciones de
los genotipos de los involucrados (que, por supuesto son idénticas) y, en
ningún lugar se encuentra alguna coincidencia del ADN de Odón con las
evidencias del crimen.
El caso de la
niña Patricia Flores se ha vuelto un caso lleno de mentiras y engaños como lo
demuestra la manera de cambiar la descripción de como fue victimada la niña que
hacen la madre y los abogados de Funderes. En un memorial presentado el 6 de
enero de 2000, la madre dice lo siguiente, acusando como siempre sin fundamento
a Odón : “(…) Odón Mendoza, quién luego
de victimar a la pequeña Patricia Flores, por estrangulamiento procede a
ultrajarla sexualmente (…) causándole gravísimas lesiones post mortem.”
Hoy en día, en
su campaña internacional, con ayuda colombiana, Funderes hace creer,
seguramente para conmover el mundo, que la niña fue violada y después asesinada,
escribiéndolo así “con signos de una salvaje violación sexual -inclusive con un
palo de escoba- y asesinada con signos de tortura y estrangulamiento.”
Y, sus aliadas
colombianas van aún más lejos. La directora de programas de Women’s Link Worldwide,
Mónica Roa lo escribe así, el 20 de junio de 2012, en su cuenta de twitter : “Niña
torturada, empalada y asesinada en su propia escuela en Bolivia”[1]
Da ganas de vomitar.