A LA
OPINIÓN PÚBLICA
Desde hace unos días se habla nuevamente
del caso de la niña Patricia Flores – van a ser 11 años que se la encontró
asesinada y violada. Su madre aparece en público para exigir que, de una vez,
se haga justicia, clamor que es el mío también desde hace 11 años.
Sin embargo, ella acompaña su demanda con
las mismas acusaciones de siempre hacia mi persona, cometiendo así una gran
injusticia que no se justifica en absoluto. Por eso, mi persona junto a mi
familia quisiéramos aclarar lo siguiente :
El dolor de una madre no justifica hacer
sufrir a un inocente así como a toda su familia, lo que estamos viviendo desde
hace tantos años. Si hay muchas personas en Bolivia quienes saben que Odón es
inocente y nos apoyan, existe también gente que fue inducida en error por
cierta prensa sin ética que, en su tiempo, lo sindicó como monstruo, desviado
sexual etc. y que se cree en derecho de hacer justicia propia. Odón ha sufrido
y sigue sufriendo actos malos como llamarlo públicamente asesino, echarlo de su
domicilio, negarle el derecho al trabajo y todos nosotros compartimos su
sufrimiento, causándonos daños en nuestra salud física y emocional.
Odón no ha parado, estos últimos 11 años,
de luchar para demostrar su inocencia, ante la opinión pública pero sobre todo
ante el Poder Judicial, mismo que se permitió de no tomar en cuenta por mucho
tiempo un informe científico que demuestra con absoluta claridad que el autor
del crimen no fue él. Tuvo que ir hasta la Corte Suprema para que, por fin, se
reconozca la prueba más fuerte del proceso, es decir la única que tiene un
resultado unívoco y reconocido por la comunidad científica, la prueba de ADN.
Las demás pruebas que son en realidad supuestas pruebas, construidas para
encontrar a un culpable permitiendo de calmar la presión de la opinión pública
de entonces, no valen, el documento adjuntado a la presente carta lo demuestra
de manera fehaciente.
En estos últimos años, Odón no quiso más
aparecer en público, a pedido de nosotros que hemos sufrido tanto de esta
horrible notoriedad, y, luchando no sólo para él sino para tantas personas de
origen humilde como él que una injusta justicia nunca ha tomado en cuenta como
seres humanos sino como carne de horca, se concentró en la lucha jurídica.
Hoy en día el caso está de vuelta ante la
opinión pública y se quiere traerlo nuevamente a la calle donde siempre existe
el peligro de que se vulneren los derechos humanos. Por eso, para protegerlo a
él pero también a todos nosotros, Odón no va a aparecer en público – esta carta
es nuestro clamor para que, por fin, termine nuestro sufrimiento injusto.
Y, por último, rogamos a los medios de
comunicación tener mucho cuidado con la información que dan sobre su
persona, ya que hubo dos veces ya un intento de linchamiento en su contra.
¡Ama
llulla!
La
Paz, 25 de agosto de 2010
Odón
F. Mendoza Soto con esposa, hijos, nietos, hermanos y sobrinos
.
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