viernes, 11 de enero de 2013

AFFIC, IDIF, FBI y los informes del proceso


Desde hace lunes pasado se está hablando de varios informes en el caso Patricia Flores.

El IDIF (Instituto de Investigaciones Forenses) rindió, en su informe conciso y claro, sus conclusiones bastante espectaculares. Con las muestras de la necropsia, además del contenido de la caja de evidencias, que todavía no ha sido enviada a Colombia, se pudo determinar sin lugar a dudas que Odón Mendoza no tiene nada que ver con el crimen cometido contra la niña Patricia Flores.

Es el tercer informe de ADN de este proceso y llega más de 12 años después de las conclusiones que mandó el FBI. Los resultados respecto a Odón Mendoza son idénticos, es inocente. El y toda su familia lo dicen y repiten desde hace más de 13 años, pero la madre de la niña y sus abogadas y abogados siguen con sus acusaciones falsas y calumniadoras. Nunca pudimos entender por qué lo hacen, una vez más vamos a repetir que no conocemos a estas personas y su actitud sólo nos inspira dos tipos de reflexiones, o son locas o tienen algún interés para seguir con sus acusaciones falsas.

En Colombia encontraron la fundación AFFIC para apoyarlas, cuya directora, Claudia Delgado Aguacia y su esposo Santiago Reina Camacho son, según nuestras fuentes colombianas, conocidos como profesora de universidad y criminalista. Sin embargo, esto no es el caso de la propia AFFIC, ya que la profesora Delgado suele incorporar sus estudiantes a la fundación cuando han terminado sus cursos. Resumido, se puede calificar a AFFIC como una ONG joven, sin gran experiencia y este hecho pone en duda su calificación de “expertos internacionales”. Así que leímos muy atentamente su primer informe, que FUNDERES había publicado en Internet para luego sacarlo...

No es espectacular y contiene varias falencias. El autor, Santiago Reina Camacho, advierte que “al parecer no se tuvo acceso a la totalidad del expediente y adicionalmente a que algunas de las copias allegadas no eran fácilmente legibles.” (p. 26). Entonces, ¿por qué no hicieron algo para subsanar esto? Estuvieron pues en La Paz, con el viaje y la estadía pagados por la parte civil y pudieron consultar el expediente original como se puede evidenciar en la fotografía de la página 16. Estas falencias son difícilmente excusables viniendo de un abogado que utiliza una página para presentar sus diversas credenciales.

En primer lugar escribe que “la Corte Suprema de Justicia (…) anuló todo lo obrado hasta el folio 3642 (incluyendo la investigación judicial) del expediente (…)” (p. 8) cuando la entonces Corte Suprema anuló apenas unas 60 fojas; precisamente las antes del Auto Supremo, que termina a fs. 3711, hasta el Auto de Vista atacado, a fs. 3642. En estas fojas no se encuentra ningún documento de investigación, sino los recursos de casación que motivaron el Tribunal Supremo a anular el Auto de Vista. ¿Será que el abogado no sabe que en Bolivia las anulaciones se hacen de fin a principio?

Segundo, escribe que “The Federal Bureau of Investigation (FBI) de los Estados Unidos de América, realizó un análisis genético sobre algunos elementos materiales probatorios (pelos)” (p. 8) cuando se puede comprobar en el expediente que la jefa del Laboratorio Técnico Científico de la PTJ entregó, el 29 de septiembre de 1999, las siguientes muestras: un trozo del guardapolvo de la víctima, un trozo de un folder encontrado en el domicilio de Odón Mendoza, un trozo del pullover de la niña, algunos vellos púbicos encontrados en la escena del crimen y sangre de seis personas, incluyendo la de la niña Patricia. Y, que el 22 de octubre del mismo año, el FBI recibió la evidencia que hizo la diferencia, la falda de la niña, en la cual descubrió el ADN de José Luis Flores.

Tercero, su afirmación de que “existe una alta probabilidad que la niña NUNCA haya salido de la escuela desde el momento en que la señora Martha Velásquez la dejara en el patio de la misma” es totalmente refutada por el propio padre de la niña, quién declaró a fs. 49 del expediente: “su amiga Mariela la había visto en la puerta de su escuela y le preguntó dónde estás yendo y mi hija la contestó estoy yendo a comprar y Mariela prosiguió con su camino y mi hija estaba bajando a la calle Indaburo y Pichincha (…) en una de las tiendas nos dijo que se había acercado a preguntar si tenía chicle basuka y le respondieron a mi hija que no tenía y mi hija se alejó y luego de mucho rato volvió a la tienda y le compró picocas y se quedó caminando por el lugar hasta las 09:20 aproximadamente.” Además, la madre no dijo haberla dejado en el patio, sino declara a fs. 24 : “La he dejado detrás de la reja del colegio”.

Ahora, su conclusión de que la niña habría sido victimada en el depósito del segundo piso y calificar su ubicación como “un área relativamente aislada en el colegio” (p. 23) nos parece más temeraria que lógica ya que este depósito se encuentra encima de un aula del primer piso y bastante cerca del aula A-14 como se puede ver en la imagen 11 de la página 24. Además, si hay niños quienes han visto a Patricia en la entrada, ¿cómo es posible que nadie la hubiera visto subiendo las gradas para ir a su aula?

Lo único con que coincidamos es la conclusión del informe de que la niña no fue asesinada en el depósito donde fue encontrada. Sin embargo, parece que no le sobra la lógica al Sr. Reina Camacho cuando quiere hacer creer que una persona hubiera podido cometer el crimen en un lugar del cual hubiera tenido que transportar un cadáver a través de la escuela en pleno día, en pleno funcionamiento sin que nadie se hubiera enterado. La profesora del aula que se encuentra en la planta baja declaró que solía pasar clases con la puerta abierta y que no había visto a nadie entrar al depósito. ¿Alguien se puede imaginar que exista una persona que hubiera hecho algo así en una mañana durante el horario de clases, único momento en el cual el personal del turno de la mañana tuvo acceso a la escuela?

Nuestra conclusión, siendo AFFIC peritos de parte de la familia de la niña [1], tuvo que acatar a toda costa lo dispuesto por la parte civil, que la niña debe haber fallecido dentro de la escuela. Con esta actitud y sus falencias que acabamos de exponer, estos “expertos” se descalificaron ellos mismos. De ningún modo podemos considerar esta ONG como una referencia de la cual hay que esperar que pueda resolver el caso.

Los análisis del IDIF se hicieron, por primera vez, sobre muestras del cuerpo de la niña asesinada, una posibilidad que la familia había obstruido por largos años. El 4 de febrero de 2000, Odón Mendoza y su entonces abogado, Dr. Jorge Borda, solicitaron una necropsia (fs. 1324) que fue rechazada por la madre el 7 de febrero del mismo año en estos términos : “Habiendo tomado conocimiento que personas ajenas a nuestra familia pretenden que se proceda a la Necropsia del cuerpo de mi pequeña hija Patricia Flores, petición a la cual me permito rechazar en razón de que la Necropsia se la practica única y exclusivamente como recurso de ULTIMA RATIO, siempre y cuando no existieran pruebas indiciarias que permita dar mayores elementos de juicio al Juzgador. Por lo expuesto, impetro a su Probidad se digne rechazar sobre tablas la Necropsia solicitada y se sea en respeto al dolor en que se encuentra sumida mi familia entera por el Asesinato y Violación de que fue objeto mi pequeña hija Patricia Flores.” (fs. 1386). Apenas dos semanas antes había llegado el primer informe del FBI que excluyó a Odón como partícipe del crimen - ¿qué habría sido su vida si se hubiera podido analizar científicamente el cuerpo de la pequeña víctima en aquel entonces?

Los resultados de la necropsia corroboran lo que encontró el FBI, analizando lo que pudo hace 13 años, es decir la ropa de la niña no más. El ADN no miente y no puede ser objeto de especulaciones como hace AFFIC. Después de largos años de sufrimiento, causado por una madre y sus abogadas quienes tendrían mucho que explicar, creemos que la opinión pública, por fin, pudo convencerse de lo que clamamos desde hace tanto tiempo: Odón Mendoza es inocente.

İJusticia y libertad para él!

Posdata. Al analizar el informe antropológico que los AFFIC mandaron unas semanas después, vemos que, de verdad, la lógica no es parte de su pensamiento. 
Este informe concluye que la niña habría fallecido 12 hasta 36 horas antes del hallazgo, es decir entre los días lunes y martes. Desapareció el viernes antes, los AFFIC insisten en que la niña no habría salido de la escuela desde entonces, lo que significa que habría pasado, viva, al menos tres días dentro de la escuela sin que nadie se entere. ¿Los AFFIC de verdad creen que vamos a tragar esto?