miércoles, 14 de marzo de 2012

Hablan las mujeres de la familia de Odón


Hay momentos en nuestras vidas que nos ponen a prueba. 

Para nosotras, esposa, hija, nieta, hermana, cuñada, sobrinas, sobrina nieta, tía, primas, llegó el momento de decir que las pruebas no son para siempre y que confiamos que se hará Justicia – una justicia de verdad, no la de hombres y mujeres quienes tienen algo que esconder, tratando de acusar a alguien. 

Ningún miembro de la familia le teme a las investigaciones hechas de verdad, por que sabemos que Odón es inocente. Sin embargo, estamos preocupadas por el hecho de que se pueda tratar de manipular los resultados para llegar a una condena que algunos van a querer para esconder errores o malas prácticas. 

Siempre hubo misterios en el caso de la niña Patricia, esperamos de todo corazón que todo sea resuelto y vamos a seguir muy, muy de cerca las investigaciones. 

Amamos a Odón por su valentía de haber ido solo en defensa de toda la familia y nunca le vamos a restar nuestro apoyo y cariño.

En el nombre de todas.
Brigitte, Adela, Ximena

lunes, 12 de marzo de 2012

El CSI, la prueba de ADN y el caso de Odón


Ya son algunos años que se puede ver la serie CSI en Bolivia.

Se trata del trabajo que hacen los forenses en los Estados Unidos, y se ve como pueden resolver casos criminales mediante el uso de la tecnología de última generación. Se aprende mucho sobre las posibilidades de resolver crímenes que tienen laboratorios del Primer Mundo y un científico trabajando en un laboratorio criminológico boliviano, al ver todas estas posibilidades que da la tecnología de siglo 21, tal vez puede sentir algo entre desesperación y envidia. Sin embargo, hay unos métodos que se pueden utilizar en nuestro país también, que dan buenos resultados.

Primero la observación minuciosa de evidencias mediante los microscopios de los buenos viejos tiempos y, segundo, una tecnología que existe desde hace unos treinta años y que se llama prueba de ADN.

El ADN está presente en todas las células de nuestro cuerpo y, salvo en el caso de gemelos monocigóticos (es decir de un solo óvulo), todos los seres humanos tienen un ADN diferente.
Lo que permite, a partir de pequeñas cantidades de material biológico en una evidencia (sangre, saliva en colillas de cigarrillos etc.), atribuirla con certeza a una persona.

En el CSI se puede ver como, a partir de restos debajo de una uña por ejemplo, se puede encontrar, primero, el perfil de ADN de un sospechoso y, después, introduciendo el resultado en una computadora conectada a un sistema con los datos de muchísimas personas, lograr saber quién ha dejado estos pequeñitos restos.

Algo parecido pasó con el caso de la niña Patricia. En 1999, cuando afloró la duda sobre como la Policía había llevando adelante el caso, el Parlamento decidió pedir ayuda al FBI para una prueba de ADN. La duda vino de las propias investigaciones de los científicos de la PTJ (Policía Técnica Judicial como se llamó la FELCC en aquel entonces). Solamente con las herramientas de siempre, el microscopio y sus ojos, los científicos bolivianos de la Policía Técnica Científica habían generado una duda más que razonable sobre la participación de Odón en el crimen.

Estos científicos habían analizado lo que los policías trajeron del allanamiento del lugar de vida de Odón - cuatro cinturones, un folder con manchas rojizas, un pantalón con manchas también (Odón siempre se viste con ropa de segunda mano que, pues sí, muchas veces tiene alguna mancha), zapatos, todo tipo de documentos personales y una pequeña radio – para que fines criminales había servido, nunca lo dijeron y tampoco la devolvieron...en fin, las pocas cosas de un hombre humilde que trata de ganarse la vida de manera honesta.

Ya, volvamos pues al trabajo de la Policía Técnica Científica…los científicos determinaron, respecto a las manchas en el folder y el pantalón que se trataba probablemente de sangre pero no pudieron saber más puesto que, para el folder, las manchas estaban secas desde hace mucho tiempo y para el pantalón, su jefa lo dice así :  “Las sustancias que interfieren en la determinación de especie son aquellas utilizadas en la limpieza o lavado de la prenda como ser los detergentes y otros desinfectantes químicos (utilizados en ropa usada de procedencia americana, como es el caso de dicho pantalón)”. En otras palabras, hace rato que alguien salpicó este pantalón con sangre, y fue lavado varias veces después antes de venderlo. Sabiendo que en una prenda que es lavada cuatro veces o más, no se puede encontrar ADN, los científicos bolivianos renunciaron a enviar la muestra al FBI – que Odón tenga algo que ver con los diversos lavados, ni siquiera la PTJ se atrevió a decirlo puesto que sabía que, 36 horas después de descubrir a la niña asesinada, él ya estaba en su “custodia”.

Analizar el folder fue más difícil para los científicos bolivianos, así estaban seguramente aliviados cuando pudieron transmitirlo al FBI que determinó que se trataba efectivamente de sangre, sin embargo de sangre masculina…
irónicamente, esta sangre del folder sirvió a varios jueces y vocales para condenar a Odón – lo estaban condenando por su propia sangre.

En los zapatos, la Policía Técnica Científica no encontró nada – sin embargo, puesto que, casi milagrosamente, había aparecido una huella de zapato en una pared del baño de los chicos, contiguo al depósito donde hallaron a la niña, tuvieron que analizarla igual.
La PTJ no había hallado ninguna huella dactilar en toda la escena del crimen pero concluyó que la huella plantar era la prueba de que el autor del crimen se había escapado por la pared que tiene una altura de 2,77 metros. Como una persona normal puede escalar una pared de casi 3 metros sin en algún momento utilizar sus manos, esto, creo que siempre quedará un misterio.
Sin embargo, los científicos tuvieron que analizar la huella que había aparecido y concluyeron que “la contracción y resecación de dicha huella dificultando la presencia de características individuales como el desgaste, reparaciones, clavos refuerzos etc., observándose simplemente sus características morfológicos o de género (diseño de fábrica).” Traducido en lenguaje común, significa que la huella es tan difusa, que es simplemente imposible encontrar algún punto para identificarla.

Así, de instancia a instancia, restando valor a todas estas supuestas pruebas, la única prueba de que habla todavía la parte civil, es decir la madre de la niña así que sus abogados, es uno de los cinturones donde los científicos de la PTJ observaron fibras de color rojo y azul.  Según la parte civil, eso prueba que el cinturón fue el arma para cometer el crimen. Sin embargo, los científicos solamente señalaron que existe "similitud de color" de las fibras azules con las de la chompa de la víctima y dijeron además : “En el examen que se realizó en el cinturón de color beige y café no se encontró restos de tejido”. En un cinturón que sirve a ahorcar a una persona, necesariamente habrá restos de tejido de la víctima – para la Policía Técnica Científica, este cinturón no tenía ningún interés para resolver el crimen, así ni lo mandaron al FBI para examen, ya que sabían que los expertos allá no iban a encontrar nada que pueda servir para una prueba de ADN.

¿Qué hubieron hecho los forenses del CIS con este caso? Primero se hubieron fijado en las prendas de vestir de la víctima, hubieron descubierto que hay una mancha sospechosa en la falda de la niña, la hubieron analizado y sacado tres diferentes ADN, uno femenino y dos masculinos. Hubieron comparado con muestras biológicas (de sangre por ejemplo) que tenían a su disposición y hubieron constatado lo siguiente : el ADN femenino proviene de la niña y ninguno de los masculinos corresponde a Odón. Así, a partir de este mismo momento, Odón hubiera quedado libre, sin tener que ir a la cárcel, sin tener que aguantar todo tipo de amenazas durante largos años (casi 13 años después, algunas “feministas “, sea en Bolivia o en otros países como en Colombia o Estados Unidos, siguen atacándole) y sin tener que enfrentar dos veces ya el peligro de ser linchado.

Para encontrar al culpable, los forenses de la televisión, hubiesen que ser tan listos como el entonces Agregado Legal y representante del FBI en Bolivia, Kevin W. Currier – para saber lo que hizo, refiéranse a lo que escribimos en el Comunicado de Prensa del 26 de octubre del año pasado.

Esta vez no vamos a hablar del Sr. Emilio Viscarra Pinto, quién había cursado criminología en España y quién se atrevió a hacer una batería de test psicológicos (así lo llama él) para “probar” que Odón era un criminal. Lastimosamente, el buen doctor no estaba a la altura de su tarea puesto que sus pocos conocimientos en psicología clínica parecen haberle salido de las manos – así, él dice de Odón que es “difórico”.
¿Qué es pues, esta sintomatología criminal, como él lo dice en su lenguaje de licenciado en España? Tuve que buscar harto hasta encontrar la palabra “disfórico” que es una simplificación del término trastorno disfórico premenstrual…y como dice la última palabra de este síntoma, se aplica a las mujeres…

Y, tampoco vamos a repetir mucho más lo que decimos sobre el trabajo de los médicos forenses en el Comunicado de Prensa. Ellos también, sin tener todas las facilidades que tienen los médicos forenses del CSI, hicieron un excelente trabajo. Aunque no pudieron determinar la hora exacta de la muerte midiendo la temperatura del hígado, tenían a su disposición los conocimientos de siglos de medicina que conoce perfectamente lo que pasa con nuestro cuerpo cuando morimos. Y, seguro que ellos no son responsables de la fechoría de los jueces y vocales quiénes, para que no tengan que cuestionar las invenciones de los investigadores de la PTJ, seguían escribiendo, por largos años, : Odón Mendoza es culpable de haber asesinado a la niña Patricia Flores el día 27 de agosto de 1999, cuando la niña estaba todavía con vida. 
No somos actores del CSI – este caso es un caso real, con personas reales que sufren por que no tienen paz desde hace tantos años. Ya es hora que termine esto y que se haga justicia de verdad.

Y,estimada lectora, estimado lector, si tienen tiempo, por favor, lean sobre otro caso real, que tiene analogías asombrosas con el caso de Odón: http://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Wanninkhof